José García Pérez
Tenía planeado ir incluyendo entradas sobre cada uno de los letristas (por ahora unos 350) que me han ido apareciendo en los distintos premios de letras flamencas, y hacerlo por orden alfabético. Pero mientras no empiezo ese listado por orden alfabético, voy a ir incluyéndolos según me vayan surgiendo.
El primero es José García Pérez, que ha fallecido en Málaga el 18 de junio de 2022.
Encontré información sobre él en su blog www.josegarciaperez.es, que parece no estar ya activo.
Nació en Melilla en 1936, pero estaba afincado en Málaga, donde fallece el 18 de junio de 2022.
Estudió Ciencias de la Educación y fue maestro, y también se dedicó a la política (diputado por UCD en la primera legislatura) y la literatura.
Según dice, ha publicado, entre otros, los poemarios Desacuerdos con Dios, Fue un acaso, De la casa verde, Silabario de amor, Inacabada ausencia, Elegía de un romántico, Los grises días, Impromptu, De los besos de mi madre,... y el Sur, Elegía andaluza, Tatuaje de leche, y la antología Donde el viento silba nácar (Fundación Unicaja, 2010). De tema político: 18 horas con Tejero (vivencias del Golpe de Estado del 23-F) y Andalucía, la decisión (con motivo del XXV Aniversario de la Constitución Española); y de artículos: El copo (selección de columnas periodísticas) y El husmeador (selección de artículos satíricos sobre el mundillo literario).
Respecto a premios de letras flamencas, solo me consta que recibió el tercer premio en la segunda edición del concurso de letras Mirando a la Torre, en 1992. Las siguientes letras corresponden a este premio, y aparecen en el libro de Manuel González Molina, Francisco Acosta Roldán, Manuel López Mestanza y Miguel A. Huesca Mariscal 25 años cantando a la Torre (Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga, 1998).
Seguiriyas:
Con mi yegüa blanca
te busco en la noche
y por el río salpican los cascos
penas con su trote.
La noche y la luna,
tu pelo azabache
y mi locura que riega tu vientre
en los almendrales.
Soleares:
Para jornales de hambre
los tiempos que yo me paso
sin los besos de mi madre.
No me cuentes más desgracias
que yo tengo mi rosario
con pedacitos del alma.
Cada cual con su locura:
tú sintiendo mi tristeza
yo amando las penas tuyas.
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