En las primeras ediciones del Festival no hubo premios de letras.
La mayoría de la información se ha tomado del periódico Línea, y también de la Hoja del Lunes y de las Crónicas del Festival.
El Festival empieza en 1961, y en el libro "El cante flamenco" (de José Martínez Hernández, Ed. Almuzara, 2005) se incluye como un hito de la que llama etapa de renacimiento o neoclásica del cante flamenco (entre 1955 y 1985).
Las dos primeras ediciones se celebraron en el mes de octubre, coincidiendo con las Fiestas del Rosario, patrona de La Unión.
En 1963 el Festival ya se traslada a agosto y se celebra de forma independiente.
Como muestra de la estrecha relación del Festival (y del flamenco) con la poesía, vemos que en 1963 intervienen el poeta José María Álvarez y los troveros Ángel Roca (que ganaría el premio de letras mineras en 1983 y 1987) y Pedro Cantares (en cuya memoria habrá un premio de epitafios poéticos en la edición de 1972).
En 1966 ya nos encontramos en el jurado del Festival a uno de los letristas premiados con posterioridad; es Fernando Lastra, granadino afincado en Cartagena, ginecólogo y gran aficionado al flamenco, que ganará los premios de letras de mineras en 1975 y 1978. Fue miembro del jurado de cantes de forma ininterrumpida hasta 1995, presidiéndolo en 1977, 1978, 1984 y 1989.
En 1966 se estrena el himno del festival, con letra del unionense y conocido letrista ("Mi jaca", "Soy minero", "La bien pagá"...) Ramón Perelló y música de Daniel Montorio.
En la edición de 1967 (diario Línea de 25 del 8 de 1967) ya se menciona a un letrista, el trovero unionense Andrés Cegarra "El Conejo", como autor de la letra de la minera que cantó el Niño Alfonso y con la que ganó el premio de mineras de cantaores locales. Según nos cuenta Paco Paredes, experto en letras flamencas e hijo de Alfonso Paredes, su padre le dice que El Conejo le dio por la mañana en la barbería la siguiente letra, que es la que cantó esa misma noche en el Festival:
El marro ya se ha perdido,
ya no muele la barrena,
hoy el viento comprimido
al barro ha sustituido,
¡ay, compañero qué pena!
En 1968 se realizan por primera vez los "Cantes con cuchara", dirigidos por Manuel Adorna y que recibieron el Premio Nacional de Enseñanza Flamenca.
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